Subscribe

RSS Feed (xml)

Powered By

Blogger Template From:
Free Blogger Skins

Powered by Blogger

Wednesday 14 September 2011

5. The only exception.

- Es lindo verte sonreir
- No lo hago muy a menudo. Seguramente luzca como un castor golpeado.
- No, incluso pareces especialista en ello.
- Quién hubiese dicho que volvería a hacerlo.
- Las cosas buenas llegan cuando menos las esperas.
Volví a dirigirle una sonrisa. Es verdad, no lo esperaba.
- Es tarde, perdón por quedarme dormida. Mejor me voy a casa.
Me puse de pie y me dirigí a la puerta. Tom me siguió en silencio.
Lo despedi con un abrazo bajo el marco de la puerta, pero Tom decidió acompañarme a casa.
- Supongo que me dejarás conocer tu pequeño escondite.
- Bien, no es gran cosa, pero adelante.
Subimos a mi habitación. Pareció sorprendido por las millones de cosas que guardaba en un espacio relativamente pequeño. Tomó mi guitarra y se sentó junto a la ventana. Parecía el lugar predilecto para pensar.
- Podría escribir millones canciones desde aquí. Mira esa vista, parece que toda la ciudad se ve desde esta ventana.
- De pequeña subía al tejado a escribir canciones con mi abuelo. Los lugares altos me inspiran, me hacen sentir segura. Los árboles, las montañas, todo se ve tan claro desde allí. Te permite tener una vista de todo. Abrir tu mente y pensar más allá de la jaula en la que solemos encerrarnos nosotros mismos. Dejar la imaginación correr. Respirar hondo y sentirte invencible.
- Apuesto a que has escrito canciones acerca de esa sensación.
- No realmente.
Perdió su mirada en la ventana.
Me senté a su lado y comenzamos a tocar y cantar. Permanecimos allí sentados hasta el amanecer.
Definitivamente Tom era diferente. Era la única persona con la que me agradaba pasar el rato. La única persona con quien compartiría mis secretos. La única excepción.
Quizás no era demasiado tarde para ser quien siempre quise ser.
Mi vida parecía mejorar día a día. Y al ver el sol aparecer en la lejanía comprendí que ese sería el mejor verano de mi vida.
Ya no había dolor. Ni temor. Cada día era un gran día.
Tom se despidió. Lo vi caminar por la acera en dirección a su casa. Me puse el pijama, lavé mis dientes, cepillé mi cabello y me acosté, sin mucho éxito con la idea de dormir. Muchas cosas recorrían mi mente. Pero sin dudas todas eran buenas, porque mi vida estaba cambiando y volvía a ser feliz.
'Gracias abuelo' susurré, y cerré mis ojos.

No comments:

Post a Comment